El proyecto del que les vamos a hablar empezó hace semanas con la idea del cumpleañero: una tarta de R2D2 en 3D. Para un experto en repostería creativa quizá esta petición era “pan comido” pero para Pistoria que apenas ha cumplido un año y sigue en proceso de formación, suponía un GRAN reto. Aun así, lo asumimos con ganas, entusiasmo y mucha ilusión.
Empezamos entonces a investigar (sí, porque todos los reposteros del mundo investigan formas, ideas, trucos o cualquier información necesaria para mejorar cada creación). Vimos muchas tartas de R2D2: unas pequeñas y otras grandes, unas bonitas y otras un poco feas, unas muy profesionales y otras un poco más prácticas, hasta que dimos con la idea que más nos gustó. A partir de ahí empezaba la preparación oficial.
El reto era muy grande, crecía con el paso de los minutos, y debo confesar que la idea completa era casi hacerlo de tamaño real (bueno no tanto), pero si hacerlo de pie. Pero encontramos una barrera, necesitábamos hacerle una estructura de madera para que R2D2 se mantuviese de pie. ¿Era imposible? No, para nada, pero no era necesario llegar hasta ese extremo (aunque se queda en mi cabeza como tarea pendiente).
Una vez llegado a este punto decidí que lo mejor era hacer la tarta 3D pero que estuviese un poco como en reposo o “sentado”. Ya con la idea clara empecé a tomar medidas, ver plantillas, buscar miles de imágenes de R2D2 para lograr recrear la versión más parecida a la realidad.
Debo confesar que la “teoría” del proyecto no me pareció nada complicada: diferentes pisos de tarta, semi esfera para la cabeza, patas modeladas con una plantilla, mucho fondant, colorantes varios y paciencia. Así pues después, y de comprar todos los ingredientes y materiales, nos pusimos manos a la obra.
El paso a paso
Nunca había hecho un paso a paso de nada, pero este GRAN reto ameritaba fotos para la posteridad, para poder revivir el hacer mi primera tarta 3D, así que trabajé con mi cámara al lado lista para lanzar fotos cada vez que recordara que debía hacerlo.
Tras hornear 3 bizcochos de vainilla, una semiesfera de vainilla y hacer un buttercream azul, llegaba el momento del ensamblaje.
Unir y rellenar los tres bizcochos con el buttercream azul, cubrirlo y refrigerarlo una primera vez antes de la segunda capa de buttercream y la segunda refrigerada (es muy importante que quede bien cubierto, uniforme y estable porque no queremos que se caiga la tarta). El mismo proceso lo realicé con la semiesfera que se transformaría en la cabeza de R2D2.
Luego amasar MUCHO fondant blanco (bueno no exageremos fue 1 kilo realmente) estirarlo muy bien y cubrir por separado el cuerpo de R2D2 (el cilindro hecho de bizcochos de vainilla) y la semiesfera. Esta parte toma su tiempo, amasar bien es fundamental para evitar que luego se agriete el fondant, estirar con un rodillo hasta lograr el grosor deseado (que personalmente no me gusta que quede grueso porque el fondant es muy dulce) y el tamaño ideal para que cubra la tarta, y cubrir con mucho cuidado y paciencia para que quede lo más perfecta posible.
De igual forma pasamos a cubrir la semiesfera, pero antes teñí el fondant de color gris. En mi investigación encontré muchas personas que cubren ambas piezas al mismo tiempo (quizá me hubiese quitado algunos dolores de cabeza cuando los uní), pero me parecía que era más real un robot por piezas que todo junto, así que decidí hacerlo por separado.
Llegado este punto debía decidir qué hacer con las patas: hacer un bizcocho y modelarlo con mi plantilla o dado que no eran demasiados invitados, hacerlas falsas. Al final me decidí por hacerlas falsas usando poliexpan (anime, corchopan o como lo llamen). Pasé a cortar el material con mi plantilla y cubrirlo con fondant como si fuera un bizcocho normal.
El siguiente paso fue pintar la esfera con la pintura comestible color plata para lograr el efecto metalizado típico de R2D2. Necesité dos capas porque el pincel no daba una textura uniforme y no estaba satisfecha, así que utilicé en la segunda una esponja y así logré lo que quería: brillo, textura y hasta un aspecto un poco más desgastado.
Mientras dejaba reposar la pintura color plata y el cuerpo de R2D2 con el fondant, me dispuse a teñir el fondant de los diferentes colores que necesitaba: azul, negro, rojo, verde, amarillo y gris (que ya lo tenía hecho por la semiesfera).
Con el fondant teñido y el “esqueleto” de R2D2 listo para armar me dispuse a cortar las piezas de la plantilla. Cada una identificada del color que iba, lugar y posición para evitar complicaciones una vez estuviese todo recortado. Por supuesto con mi imagen 360 de R2D2 en frente que me ayudaba a guiarme si sentía que me estaba enredando.
A partir de este momento empezó el proceso de cortado de piezas por color y su ubicación en el cuerpo o cabeza de R2D2. No hice fotos de esta parte porque debo reconocer que me concentré tanto en que me quedara derecho y todas las piezas en su sitio que olvidé por completo usar la cámara. Pero bueno era igual al colegio, recortar piezas y pegarlas, nada diferente a eso.
Una vez que le pegue todas las piezas, hice el ojo negro que sobresale y los botones de los colores especiales: rojo, amarillo y verde. Luego le añadí las patas con palitos de diente y ya el R2D2 tenía una linda forma.
Los colores obtenidos no me convencían, había quedado muy pastel, así que decidí pintar pieza a pieza con colorante en gel diluido en agua (no tenía ninguna bebida alcohólica transparente a la mano) y así estuve entretenida un buen rato más.
Trabaje y retrabajé los plateados y corregí imperfecciones, aunque quedaron algunos detalles de pinturas mezcladas, pero poco importantes.
Después de dejarlo secar por completo y volver a repasar algunos detalles mi tarta de R2D2 estuvo lista. Coloqué el nombre en la base y la obra maestra estuvo terminada.
Finalmente era importante unas buenas fotos así que una amiga me ayudó y montamos una escenografía muy bella de Star Wars y quedó el salón listo para los invitados (si les gusta la decoración con gusto les doy el contacto de EMoléCreaciones).
Espero que el resultado de mi primera tarta 3D les haya gustado y que les haya servido el paso a paso para motivarse a hacer una o pedirme que les haga yo una (la segunda es mejor idea).
La última confesión de este post: qué dolor me dio el cortar a R2D2. Parece tontería, las tartas se hacen para cortarlas y comerlas, pero realmente le dediqué mucho tiempo (en total 2 días) y esfuerzo. Pero no pasó a más, la cortamos y comimos, y además de bella estaba ¡DELICIOSA!
Hermosa y sencilla forma de compartir ideas y logros siempre con la invitación positiva al triunfo. Pistoria seguirá dia a dia creciendo y logrará el lugar que tanto desean sus creadores!! Suerte.